Translate

Friday, September 23, 2016

El encuentro / The encounter.

                                                        (Totem)

El encuentro.

Fue el encuentro insólito de mis pensamientos,
caminaba en silencio en la plaza de mi pueblo
de un dos por tres, las palomas quedaron
estáticas entre las ramas de los pinos,
mis ojos quedaron lelo, moví los dedos
de mis manos en forma lenta, imperceptibles
creía estar soñando, pero no, el viento
golpeo mi rostro espabilándolo
y rozando el plumaje de las palomas inmóviles.

Fue el encuentro insólito de mis pensamientos,
que me hicieron trastabillar al cruzar la acera
dándome cuenta que estaba solo
y sin mi compás para retomar la ruta
que ya se había alejado en la curvatura del horizonte,
alrededor nadie escuchaba mi voz debilitada
pidiendo una pequeña ayuda  para volver al sendero,
mi cuerpo tenso espero la luz del semáforo
perdiéndose entre la vorágine del gentío.

Fue el encuentro insólito de mis pensamientos
los que me llevaron a los errores de mis días
perdiendo el equilibrio entre las baldosas sueltas
perdí el equilibrio cayendo con estrépito
para dejar parte mi dentadura disipada
en el asfalto, mis lentes perdieron la forma,
y los cristales se transformaron en esquirlas.




The encounter.

It was the unusual encounter of my thoughts,
he walked quietly in the square of my people
of a trice, the pigeons were
static among the branches of the pines,
my eyes were dull, I moved my fingers
from my hands slowly, unnoticeable
he thought he was dreaming, but no, the wind
hit my face waking him up
and skimming  the plumage of pigeons motionless.

It was the unusual encounter of my thoughts,
I did stumble across the sidewalk
It realizing I was alone
without my compass to resume the route
which had already removed the curvature of the horizon,
anyone heard about my voice weakened
asking for a little help to get back to the trail,
my body tense wait for the traffic light
getting lost in the maelstrom of the crowd.

It was the unusual encounter of my thoughts
that led me to the errors of my days
missing the balance between the loose tiles
I lost my balance crashing down
to leave my teeth dissipated part
on asphalt, my glasses lost their shape,

and the crystals were transformed into chips.

Tuesday, September 13, 2016

Kokopelli-Mana

                                                    (Folio #12 /Page #12)

Kokopelli-Mana.

Desde lo alto de la montaña el sonido
de tu flauta desgaja las notas
que encantan el sinuoso movimiento
del horizonte que al levantarse cada mañana
toca con sus dedos la suave tez de tus mejillas,
sacas de tu espalda la abundante paleta
de colores que se esparcen entre nuestros ojos
para envolver nuestros sueños,
colocas las semillas fundamentales entre
los surcos de la tierra para de ella
brote el pan diario de la vida.
Tu espíritu inunda de vida la pradera
con voces, cantos, risas y palabras.


Kokopelli-Mana.

From the top of the mountain the sound
of your flute breaks off the notes
who cast spell on the sinuous movement
of the horizon when get up every morning
he touches with his fingers the soft skin of your cheeks,
you get from your back the abundant palette
of colors that spread between our eyes
to wrap our dreams,
you put the fundamental seeds between
the furrows of the earth that from her
sprout the daily bread of life.
Your spirit flood the prairie with life

with voices, songs, laughter and words.

Sunday, September 04, 2016

Geronimo Bosch, segunda parte

                                             "El Jardín Terrenal de las Delicias"

Segunda parte


El misterio de Hieronymus Bosch.
Ingrid D. Rowland
The New York Review
18 de Agosto, 2016.

Traduccion: Leonardo Ibáñez Valenzue



En preparación para el año del centenario de 2016, un grupo de documentalistas holandeses siguió a historiadores y científicos del Proyecto de Conservación e Investigación del arte de Bosch quienes ovilizaron por Europa. Estrenado su producción en el año 2015, cuyo nombre es “Jheronimus Bosch: Tocado por el Diablo” documenta momentos memorables en Venice y algunas reuniones en vivo en el Museo del Prado Y el Escorial con Pilar Silva Maroto, la formidable curadora de la exhibición en el Museo el Prado y el ex director sustituto Gabriele Finaldi quien fue nombrado Director de la Galería Nacional de Londres, poquito tiempo después de haber terminado la filmación. El encuentro entre el serio joven grupo holandés  y el poderoso museo no es como una escena de auto de fe de Verdi en Don Carlos pero con distantes quinientos años podemos aun sentir el contraste entre la elegante España imperial y la cultura mercantil de una ciudad comercial en los Países Bajos. “Después de todo tenemos las pinturas” dice Silva Maroto frontalmente y por supuesto el Museo el Prado posee un departamento de conservación a la estatura de lo mejor alrededor del mundo.
Nosotros podemos imaginar la chispa de excitación que voló  cuando las fantásticas imágenes  de un pintor de clase media de ‘s-Hertogenbosch entro al etéreo encantado mundo de los Hapsburgs a la vuelta del siglo dieciséis, dos sociedades habitando el mismo tiempo y los mismos lugares  manteniendo modelos completamente distintos de vestir y conducta, pero unidos en su fascinación con este extraño genio. Silva Maroto hace una confidencia al equipo de filmación, de que su propia casa cogió fuego cuando ella era niña. Por lo tanto, ella sabe todo acerca de cómo las llamas devoraron ‘s-Hertogenbosch en 1463 y como de esta manera quedo grabado en la memoria del joven Joen van Aken.


La exhibición en Den Bosch enfatiza a Bosch como un artista local, no obstante como un artista de un logro excepcional. El Museo el Prado enfatiza la importancia histórica de esta colección, creada por el Rey Felipe ll, que amaba al raro pintor Holandés, tanto mas como amaba a Tiziano. Felipe también dio abrigo a la tensa moralidad cristiana de este pintor norteño que convenientemente muere el año antes que Martín Lutero diera rienda suelta al Reformismo Protestante. El patrocinio cortesano de este decididamente artista burgués, por lo tanto emerge como un tema dominante en el campo español, acompañado con las rígidas variedades de la fe cristiana que unían la aristocracia con la clase media.
La exhibición de Den Bosch se inauguró, evocativamente con el “El Vendedor Ambulante” una pintura pequeña, ahora en Roterdam, pintura que una vez abarcaba las dos secciones de un tríptico que se podía cerrar ( Una versión mayor con el mismo tema, y con el mismo modelo antiguo aparece en los paneles de cubierta del tríptico Llamado “La Carreta de Heno”) En algún momento el tríptico fue desmantelado, sus cuatro secciones de Roble del Báltico, fueron aserruchados en la mitad para crear cuatro pinturas separadas, las cuales todavía sobreviven. El panel central, tristemente, ha desaparecido, pero la antigua cubierta nos aporta una imagen inolvidable. Vestido en harapos y zapatos desiguales, el canoso vendedor ambulante se doblega bajo el peso de su paquete, una cuchara de madera y un cuero de gato cuelgan de un nudo, tal vez para dar a conocer el producto que ofrece. Su mano izquierda agarra un gorro de viajero con un carrete y aguja pasa cinta-el puede se un zapatero si el necesita hacerlo. Con su mano derecha, el repele el aullido de un perro con una especie de garrote que hace de bastón de caminar, su pierna izquierda vendada sugiere que  ya fue mordido por el perro. El Camino de adelanta esta bloqueado por una reja de madera. Abrirla sugiere una alternativa deliberada. La deteriorada casa detrás evidentemente es un prostíbulo con sus grandes baños colgando de la ventana para secarse. El cántaro de greda quebrado colgando de una vara es simbólico, los cerdos dándose un festín en el comedero, y el letrero de  “El Cisne” (Los cisnes machos son raros entre las aves de corral por tener pene). Una mujer  en la puerta de “EL Cisne” es acariciada por un soldado mercenario que dejo su larga lanza apoyada contra la fachada en ruina mientras que otro cliente orina en la muralla de afuera. Otra mujer contempla hacia afuera desde una ventana en el piso superior. ¿Será que el vendedor ya dejo su compañía, o paso cerca de ella?  ¿Ella compro algo de el? ¿El compro algo de ella? en el larguirucho árbol, arriba de la encapuchada cabeza del vendedor un ojo de búho, un paro carbonero, justo detrás de la reja un buey, una urraca permanecen en guardia. ¿Ellos se moverán o le bloquearan la pasada?
La mayoría de los eruditos interpretan al vendedor como un hombre cualquiera, que hace su camino a través de la vida en medio de amenazas a su seguridad física y espiritual. Solo la fe constante y vigilante lo mantendrá  seguro en este camino traicionero. La pintura que detalla el paisaje detrás esta terriblemente deteriorada pero pequeñas particularidades desarrollan el mismo tema de amenaza y salvación: así como avanza hacia adelante el errante vendedor será adelantado por ambos la rueda de la tortura y una cruz al costado del camino. Su vacilante expresión, mirando hacia atrás, es complejo como los dilemas que enfrenta. El curador de la exhibición Den Bosch toma a este vendedor con su expresión fiel como la propia actitud de Bosch hacia la existencia: La vida en la tierra es una prueba y solamente la vigilancia nos asegura que la muerte nos precede, socios vagabundo son la salvación más que una eternidad en el infierno. Lo moral  puede ser simple, pero la cara del vendedor muestra que la condición humana tiene capacidad para una amplia gama de sentimientos.  Pero el pudiente exitoso retrato de un triste, en apuro trabajador es un acto de total empatia.
Un mensaje similar penetra lo que es ahora considerado uno de los primeros trabajos, “La Adoración de los Magos” de el Museo Metropolitano de Nueva York, en una pequeña ventana en la parte alta de una torre en ruina protege María y su hijo, un pájaro a hecho un famélico nido y pone un huevo que se balancea en el borde. Debajo del huevo, en la parte lejana de la izquierda, un búho  observa desde dentro de otra ventana. Apenas visible debajo de un toldo. Escritores dedicados a Bosch coinciden por unanimidad que los búhos simbolizan el mal mas que la sabiduría, como en la Grecia clásica, pero al mismo tiempo Bosch el observador de la naturaleza no puede ayudar pero admira la gracia  de esas aves y sus ojos luminosos. Mas que asignar bondad o maldad a estos predadores naturales, búhos, águilas, gatos, y leones el parecer aceptarlos por lo que ellos son, las criaturas de grandes ojos que viven como el primariamente a través de su sentido de la visión. Más que signos del mal, ellos parecen ser la presencia de los presagios del artista, pero a su vez el también a su manera es un predador.
Bosch pinta a los Magos con el respecto de sus individualidades, no como orientales exóticos, pero como reyes sabios (un respeto que no siempre reserva  por los judíos que pinta y que están cerca del Cristo atormentado). Con un pequeño pincel el pinta el brillo de oro del pelo de la virgen, el pelo exuberante de la barba del rey, y un pequeño paisaje verde alejándose  en el espacio. Es la profunda belleza de estos paisajes, con sus frescos colores y, sus deslumbrantes juegos de luz y agua, que  prueba la gama completa de su destreza de pintor, en dramático contraste con el chisporroteo y chispa de sus llamas blancas-calientes. Con sus pinceles Bosch puede incluso congelar el fuego.


El clímax de la exhibición en el Museo del Prado, preparado para la deslumbrante “Tentaciones de San Antonio” que es su pintura mas famosa y el tesoro mas grande del Museo del Prado hecho por su mano: el tríptico conocido “El jardín de la Primeras Delicias” o simplemente “El Jardín de las Delicias”. El panel de la mano izquierda con el jardín del Edén  Fue a la exhibición de Den Bosch, pero el tríptico completo, por su delicada condición puede ser solo visto en España. La excelente introducción de Han Belting, “Hieronymus Bosch: Jardín de las primeras Delicias” ha sido reimpreso para esta ocasión  en un atractivo  formato de tamaño medio.
El tríptico especialmente creado como una forma de pintura religiosa, pensado pero no exclusivamente para una pieza de altar. Bajo circunstancias normales, el elaborado panel central estaba oculto por los dos paneles laterales que se cerraban como dos puertas pintadas. La decoración exterior frecuentemente era pintada en grisalla, pintura realizada con diferentes tonos de gris, blanco y negro, o una paleta suavizada para aumentar los efectos esplendidos cuando los dos paneles se habrían en días de fiesta para mostrar la pintura de tres partes con colores vibrantes.
“El Jardín de las Delicias terrenales” imita la forma física de una imagen sagrada con un contenido religioso, pero el extraordinario panel central se mira como si no hubiera nada igual en este mundo. Cuando esta cerrado, el tríptico se presenta con una visión en grisalla de cómo la creación ocurrió, carente de forma desde debajo de la esfera de cristal en el firmamento, desplazado por Dios, encerrado en sus propia burbuja en el espacio mas allá del universo, teniendo un libro abierto que contiene los textos de la historia universal. Las plantas y las formas geológicas se destilan debajo de la cristalina cúpula  de el cielo, son gordas e hinchadas reventando como Santo Tomas de Aquino podría haberlo hecho, y con la posibilidad de volverse un ser vivo.
Cuando este doble panel de formas amorfas se abre, un universo plagado con coloridas figuras aparece. El panel de la mano izquierda cuando esta abierta muestra a Adán y Eva en el Jardín del Edén, un Dios con la forma de cristo los une en matrimonio. Adán esta sentado en el suelo mirando de alguna manera perplejo; Eva parada ante el con la mirada baja mientras Dios toma su muñeca, el símbolo tradicional de dar a alguien en matrimonio, detrás de la Primera Pareja, fértiles plantas germinan alocadamente con gigantes brotes en inverosímiles colores pastel, llevando el requerimiento de Dios que la unión sea fructífero y se multiplique.
El gato moteado lleva un ratón entre sus dientes en la parte izquierda del primer plano, como el león atacando un venado en la distancia, es usualmente interpretado, como la serpiente que esta enredada discretamente alrededor del árbol en el terreno medio del panel, es una indicación que el diablo esta presente en la creación. Pero el libro del Génesis nunca especifica que los animales creados por Dios en el Edén se conduzcan como los animales que conocemos; en lugar de, leímos que “Dios vio que esto esta bien”, El gato es un buen gato, haciendo lo que un gato debe hacer, así como el león. Realmente ¿queremos que los roedores infecten el paraíso?
Bosch fue implacable en retratar la naturaleza como es, rojo  en los dientes y las garras. Sus cautivantes dibujos de un nido de buho muestra a una madre buho  alimentando sus polluelos con completo reconocimiento de que el alimento que ella trae es una presa viva, pero como podemos estar seguro que esto es exacto, la representación sin pestañear de esta realidad implica ¿un juicio negativo de lo que la biblia ha proclamado como bueno? Los buhos y las infinitesimales arañas están cumpliendo sus funciones como búhos y arañas.

El panel de la mano derecha del tríptico representa el reino del infierno, y de los ingeniosos castigos que esperan a los pecadores, donde el negro como boca de lobo es dominado por curiosas figuras con la cara de un hombre incrustada en un árbol hueco. Bosch ya ha inventado sus criaturas en preciosos dibujos que están el Museo de Albertina en Viena. El hombre-árbol se mira melancólico por encima de sus hombros. El hombre-árbol mira tristemente sobre sus hombres, las piernas que parecen troncos están plantadas en dos botes. Los botes a su vez  flotan en un río mas abajo de unos suntuosos cúmulos de nubes rodando trazados con un lápiz muy fino y con una increíble delicadeza en el trazo. Bosch tenia una mano tan segura que podía crear espacios con el trazo de un lápiz.
En la sección del Infierno hay otro hombre-árbol reinando y mirando burlonamente sobre un ávido banquete que tiene lugar  en su vientre hueco, criaturas-monstruos de formas improbables y proporciones ridículas rebanadas, rasgadas, devoradas, digeridas y defecadas designas sus victimas con diabólica concentración. Los instrumentos musicales se transforman en instrumentos de tortura, y nosotros podemos imaginar el retumbar, el tañido cacofónico que subraya el crujir del azufre y los gritos de los condenados.
¿Pero que hacer del panel central?  Personas desnudas, mujeres y hombres, blancos y negros, juguetean con pájaros y animales entre suculentas plantas de pastel, alimentándose con frutas maduras descomunales. Alrededor de una fuente llena de bellezas bañándose, un grupo de hombres jóvenes lo circula, cada uno cabalgando categóricamente bestias masculinas. Hay caballos, unicornios, osos, un león y un gran gato moteado con ojos grandes. Abajo de esto un carrusel vivo, el aire esta lleno con promesas sexuales, algunas parejas discretamente están dispuestas para el sexo cubiertos en un receptáculo o en convenientemente una concha gigante de mejillón. Otros están perezosamente persistentes en el nivel de los juegos preliminares. Un hombre se inclina mientras las plantas brotan  de su parte posterior, un vecino de cualquier manera esta recogiendo flores o insertándolas una a una en este inusual florero. Algunos hombre están cautivados por otros hombres, y también hay  muchas parejas interraciales.
¿Es este un mundo bueno o un mundo malo? es ciertamente un mundo contrario a la realidad presente y muchos escritores que han escrito de este “Jardín” sugieren que podría ser el mundo y podría haber sido si Adán hubiese sido sensible para rehusar la manzana que Eva le ofreció en el Jardín del Edén, fruta proveniente del Árbol del Conocimiento del bien y el mal. Larry Silver, en el catálogo de la exhibición del Museo del Prado, es más pesimista. El ve esta desenfrenada indulgencia en placeres como un boleto seguro al infierno que se ve vividamente deletreado por nosotros en el panel derecho de la pintura.
De otra manera, esta sofisticada visión sexy del mundo podría haber sido justo la clase de contenido que podría haber entretenido a los mecenas aristocráticos que lo comisionaron. “El Jardín de las Delicias Terrenales” refleja alguna de las divisiones sociales en el limite del mundo habitado por el hombre que fue ambos Joen el pintor y el famoso maestro Jheronimus Bosch.
El leve desosiego del “Jardín” engendra muchos puntos de vista hasta el hecho que estamos sospechosos de la ilimitada felicidad. “El Jardín de las Delicias” nos trae de vuelta a los viejos temas cristianos como  la Felix Culpa (Culpa Feliz): que es la convicción que si Adán no hubiese comido la manzana, la humanidad no habría sido redimida por Jesucristo. Doloroso como las consecuencias hubieran sido, el error de Adán, en este punto de vista provee la ocasión para que Dios despliegue  la inmensidad de su misericordia. En las palabras del poema ingles del siglo XV “Adam lay ybounden”

Había que nunca tomado la manzana,
La manzana no se toma,
Nunca lo haría la Virgen
Han sido una Reina Celestial.

Bendito sea el tiempo,
La manzana fue tomada
De manera que podemos cantar:
Gracias al Señor.

Más que personas jóvenes eternamente razonable en el Jardín de las Delicias, estamos destinados a movernos a través de la vida agotados, caminantes heridos, algunos de quien, en otro visión imborrable, seremos guiados por ángeles a través de un túnel luminoso celestial ante que saltemos desnudos en un estallido de luz absoluta. Los primeros admiradores de Bosch estuvieron correctos al considerar su visión fantástica firmemente enraizada en un mundo como era, un mundo cuya belleza, lucha y crueldad captó con una rara perspicacia ¿Pero cúando su mundo real comienza y su mundo de fantasía termina?  Este es el misterio imperecedero de su arte.