Venimos del mismo lugar

Caballo

Caballo:

Artefacto, dócil, sangre y carne, sedoso, alerta, de belfos hirientes, y de banderas tus crines, animal útil, de pasos esbeltos, nervioso y atrevido, eres la suerte de los débiles que desean montar para levantar sus brazos ateridos en el frio de tu brios.

Sueños

Sueño # 2

Desde las grotescas imágenes de la noche
trepo el caballo su vuelo mágico
llevo en sus cascos
el dolor atravezado por un corazón,
con un galope frenético atraviesa
las moradas, donde el silencio sostiene
el bastón de plata.

Cruzo el gran rio que separa,
el horizonte de los sueños
pasando a llevar con el vértigo
de la carrera, la exultación de las mariposas
que en su vuelo loco se enredaron en sus crines
súbitamente, cambia de dirección, riendose,
caracolea su alegria en el díalogo
profano de los espíritus,
se dirige al centro del universo
en el momento que la tierra despertaba
limpiándole la cara
y ofreciéndole un paseo
por el sendero donde los unicornios
cultivan las esperanzas.

Los angeles

Los Angeles.

Inmensa, gran ciudad
emplastada con pieles de colores,
Los Angeles, atrevida
llena de muertes
cancelada a la costa
pavimentada en el sueño dorado
fundada
en el calcinamiento de sangre-excrementos,
huesos-niños inocentes….

Inmensa
ciudad grande
perdida en el horizonte de la fantasía
majestuosa en el boato,
grotesca en las sombras que proyecta en la noche
las balas marcan los límites
de la razón….
en las tardes de verano
su rostro queda grabado
en el acido sulfúrico del aire.

Inmensa,
cuidad grande
multifacética,
música metálica
voces, pájaros volando erráticos
en el espacio de los humos.

Inmensa
ciudad grande
Dios, en su liana cósmica
esquiva edificios, ráfagas, pecados,
magnates, vagabundos y la muerte.

El sol

Eres el hacedor de los bienes de la tierra,

con tus manos levantas el díafano manto

de la noche

y susurras al oido de los rios el surco diario de su caminar.

Eres la risa aún primigenia de los pájaros, llevas tu sangre al suave manto de la tierra, dejas el suave calor de tus ojos entre el marasmo de las olas...

Eres el dios de mi corazón enrevesado buscando el canto en un horizonte perdido por la guerras.

Quiero ver mis demonios

Caminar.

No he podido dejar de caminar. Pronto la luz de la luna dejaría de guiar mis pasos. Solo la transparencia de los árboles dejarán que yo me aleje, sin dejar de llorar la pérdida de tus pesares. Lentamente, me acerque a la ribera de un pequeño riachuelo donde dejé que mis labios saciaran aquella sed que se arrastraba desde la mañana. Camine sin cesar dejando que mis pasos satisfacieran esas antiguas ansias de llevarme donde ellos quisieran. Pero la historia fue otra, en solo minutos olvide mi pasado. Mis pasos sin querer se dejaron llevar hasta esos ruidos que parecian que venian de el lado izquierdo del camino. Con asombro pude ver tres palomas limpiando afanosas sus alas con la punta de sus picos, ellas en forma nerviosa miraban de soslayo el entorno. No tuve tiempo de levantar mi vista, cuando un disparo rompio el silencio del tiempo dejando en la berma a las tres aves sin vida. Creo que mi caminar perdio su pausa.