Cuerpos helados.
Son rincones helados y de sus murallas
el frio se descuelga congelado
ahi yacen aquellos que se encontraron
con la muerte a boca de jarro
muerte deambulando entre el color terroso
de las piedras y un viento gélido
que nos separa de la tierra,
ellos traían un mensaje envuelto
en una lengua peregrina, con voces
metálicas saliendo de extraños
aparato.
Solo los niños recordaran en su inocencia
algunos de estos rubios y esbeltos guerreros.
Le extrajeron la savia de las razones,
transformaron sus corazones
en receptáculos cargados de odio,
sus ojos se cubrieron con la densa tela
de los desvarios de otras muerte,
sus manos solo obedecían el ruido
mortal de las armas,
danzan en el valle de la muerte
empacan carne destrozada,
en el silencio tétrico de la noche
acarician la tez suave de la amada
de una foto ajada por el ruido
mortífero de las municiones.
Solo los niños recordaran en su inocencia
algunos de estos rubios y esbeltos guerreros.
Vuelven, a su tierra aterrados con la vida,
perseguidos con los agónicos fantasmas
de otras vidas arrancadas por la furia de la parca,
en sus bolsillos traen arrugada
las cartas de la amada manchadas
con la pátina de los miedos y los horrores.
Icy bodies.
They are icy corners and from their walls
the cold take down freezing
there lie those found
with the death at point-blank
death wandering between the earthy color
stones and an icy wind
that separates us from the earth,
they brought a message wrapped
in a estrange language, with metallic voices
getting out of foreign metal
appliance.
Only children could remember in their innocence
some of these slender blond warriors.
They extracted the sap of the reasons,
transformed their hearts
in hate-filled receptacles,
his eyes were covered with the dense fabric
from the ravings of other death
their hands only obeyed the noise
of the deadly weapons,
dance in the valley of death
packaged shredded flesh,
in the gloomy silence of the night
caress the beloved soft complexion
a faded picture by the noise
deadly munitions.
Only children could remember in their innocence
some of these slender blond warriors.
They return to their land terrified with life,
pursued by the dying ghosts
of other lives torn by the fury of death,
wrinkled bring in their pockets
the letters of the beloved stained
with the patina of the fears and horrors.
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