Cuarenta y tres.
Homenaje a los mártires de Ayotzinapa.
Son cuarenta y tres cuerpos acribillados
Por la desidia,
La mentira,
La avaricia
El viento ha llevado las malas nuevas
Por los rincones de la tierra
Ensombreciendo el reflejo
Etéreo de la luz…
En el pecho de muchos
Se abrió una brecha amarga,
El gatillo de mi sangre
Disparo una ráfaga de miedo
A los cobardes cancerberos.
Cada lágrima es un dardo lleno de ira
Que estremece
el asfalto,
La piel,
Los huesos,
Los nudillos,
Las arterias
Vaticinando la llegada de las verdades.
Son cuarenta y tres espigas meciéndose
Con el huracán de los llantos
Son ochenta y seis ojos inquisidores
Reptando edificios mortecinos de alcaldes
y gobernantes venales,
claman por el encuentro de respuestas
a verdades perdidas en las cloacas
y llevadas por las acequias a los antros
de asesinos y sicarios.
Las raíces de la tierra preparan las sogas
Desde donde se balancearan
Los cuerpos de los sátrapas
Para alimentar las aves del averno.
El mundo entero recorre basurales,
terrenos baldíos en busca de una verdad,
toman entre sus dedos la tierra calcinada
y tratan de oler el tamiz suaves de la piel.
Irremisiblemente Se levantan
cuatro cientas treinta mil
voces exigiendo justicia.
Forty-three.
Tribute to the Martyrs of Ayotzinapa.
There are forty-three bodies bullet-riddled
by neglect,
lies,
greed
The wind has been taking the bad news
to all the corner the corners of the earth
hading the reflection
of the ethereal light ...
in the chest of many
a bitter breach was made,
the trigger of my blood
shoot a burst of fear
to the cowardly jailers.
Every tear is a dart of anger
that trembles
the asphalt,
the skin
the bones,
the knuckles,
the arteries
Predicting the arrival of truths.
There are forty-three spikes swaying
with the hurricane of cries
there are eighty-six prying eyes
crawling dull buildings of mayors
and venal rulers,
call for the answers of replies
to truths lost in the sewers
and carried by the drains to the dens
of murderers and assassins.
The roots of the earth prepare the ropes
from where will swing
the bodies of the satrap
that will feed the birds of hell.
The whole world runs landfills,
wastelands in search of a truth,
take between his fingers scorched earth
and try to smell the soft skin sieve.
They raise irretrievably
four hundred thirty thousand
voices demanding justice.
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