Desaparecidos.
Mi cara se contrae con la ira
cada vez
que en una esquina brumosa
me cruzo
con mis desaparecidos
mis sueños me llevan por parajes
secos por la lluvia desde donde se
levantan las sombras inverosímiles
de las muertes mancilladas,
perdón,
pero no puedo,
perdón
olvidar sus rostros simples, tranquilos
unos con bigotes hirsutos
otros con barba incipiente,
yo no puedo olvidar
mis hermanos
mis hermanos
mis hermanos
que con el guiño alevoso
de el gatillo en la mano
les corto la luz,
la luz perdió el sonido suave de su brillo,
nos perdimos en la locura
de los sonidos venidos desde otras murallas
unos de rodilla con la mano materna
posada en sus cabellos,
otros, con el sabor de el amor de su última noche,
otros con la sonrisa de sus hijos
empapadas en la piel.
perdón,
pero no puedo,
perdón dejar de llorar
la caterva hambrienta los llevo a los fosos
de la muerte,
muchos quieren tapar el sol
de esta memoria heroica
con la punta de un cabello.
Mi cara se contrae con la ira
cada vez
que en una esquina brumosa
me cruzo
con mis desaparecidos
Ricardo Colombres, sintetiza esta tragedia en estos términos: “La Desaparición de Personas como técnica planificada de tormento y exterminio supera todo lo conocido históricamente. Su perversión ética y jurídica para las víctimas directas (“prisioneros indefensos en cuatro paredes”); el terror primero y el dolor permanente después para familiares y allegados; la impunidad y los premios para victimarios sádicos o iluminados y finalmente, la total extinción material, social y jurídica del desaparecido la convierten en el máximo procedimiento, en la mayor de las técnicas mortales. Muy superior a la cruz y la horca, la guillotina y la silla eléctrica e inclusive a la cámara de gas del genocidio alemán. No hay explicaciones que dar, ni cadáveres para honrar o despedir, ni relaciones jurídicas que resolver, ni delincuentes para enjuiciar. Sólo silencio, ignorancia, incertidumbre”.
Disappeared.
My face contracted with anger
each time
that in a misty corner
I meet
with my missing
my dreams take me through places
dry by the rain from where
shadows rise unlikely
of the deaths tainted,
forgiveness
but I can not
forgiveness
forget their faces simple, quiet
one with bristling mustache
others with stubble
I cannot forget
my brothers,
my brothers,
my brothers,
with that insidious wink
of the trigger in his hand
they cut their light,
the light lost the soft sound of its luster,
we got lost in the madness
of the sound coming from other walls
one in his knee with the mother's hand
perched on her hair,
others, with the taste of the love of her last night
other with the smiles of their children
soaked to the skin.
forgiveness
but I can not
forgiveness stop mourn
the hungry horde led them to the trenches
of death,
many want to block the sun
of this heroic memory
with the tip of a hair.
My face contracted with anger
each time
that in a misty corner
I meet
with my missing.
Ricardo Colombres, sums up this tragedy in these terms: "The Disappearance of Persons as a planned technique of torment and destruction exceed anything known historically. Their legal and ethical perversion to the direct victims ("defenseless prisoners in four walls"), the terror first and the constant pain for the relatives and friends, the impunity for perpetrators and prizes for the sadistic or enlightened and finally, the total extinction material social and legal disappeared procedure becomes the maximum in most of the deadly techniques. Far superior to the cross and the gallows, the guillotine and the electric chair and even the gas chamber of German genocide. No explanations to give, neither bodies to honor or give a farewell, or legal relationships to solve or prosecute criminals. Only silence, ignorance, uncertainty. "