Existencia.
La existencia
perfora las horas
abandonándolas al errático
vuelo de las
abejas,
para no dejarla
envolverse entre
la fragancia de
las flores
ellas,
navegan solas entre
sus fronteras
prisioneras de su
centro
en medio de las
pantallas
transluciendo el
brillo de tus ojos
testigo de los
hechos,
de la caída del
sol día a día
en el horizonte,
enredadas entre áncoras
de plata, en el
nácar
de los ojos.
La existencia
navega entre las pausas
de mi lento
caminar,
quisiera dejar de
llorar, para así
detener el
torrente de los sueños
golpeando mi pecho
con los golpes
certeros del dolor,
hay veces que mis
ojos enturbian
el color frágil de
los ruiseñores.
La existencia ha
cogido mi piel
triturándola,
disolviéndola en polvo
para volar lejos
entre ramas
en medio de los
árboles lejanos
es ceniza
cubriendo el rostro
de los gatos
somnolientos,
es el aliento de
la noche
empañando el
barniz de la guitarra.
La existencia
cruza displicente
dejando un vaho de
nostalgia
mientras nada
queda al azar,
todo encaja en la armonía
de mis objetos
cotidianos
y a lo lejos, las
horas
desaparecen entre
el bostezo
de los perros
dormitando.
Existence.
Existence pierces the hours
abandoning them to the erratic
flight of bees,
so as not to let her get wrapped up in
the fragrance of flowers
they,
they sail alone between its borders
prisoners of its center
in the middle of the screens
shining the brightness of your eyes
witness to the events,
of the sunset day by day
on the horizon,
tangled between anchors
silver, in mother-of-pearl
of the eyes.
Existence sails between pauses
of my slow walk,
I would like to stop crying, so
stop the torrent of dreams
hitting my chest with the blows
certain of the pain,
there are times that my eyes cloud
the fragile color of nightingales.
Existence has taken my skin
crushing it,
dissolving it into powder
to fly away between branches
amid the distant trees
it's ash covering the face
of sleepy cats,
is the breath of the night
Tarnishing the varnish of the guitar.
Existence crosses complacent
leaving a mist of nostalgia
while nothing is left to chance,
everything fits in harmony
of my everyday objects
and in the distance, the hours
disappear between yawning
of dogs dozing.